Bebé
Profilaxis del VIH
En condiciones óptimas, no es necesario tomar ninguna otra medida después del parto. En algunos casos, sin embargo, el bebé recibe (un) medicamento(s) contra el VIH durante un periodo de dos a seis semanas. De esta manera, se puede reducir aún más el riesgo de contraer una infección por VIH. Por lo general, puede llevarse al bebé a casa y administrarle usted misma el/los medicamento(s). En estos casos, también debe seguir las indicaciones de los medicamentos para que sean eficaces. Por lo general, los bebés aceptan y toleran los medicamentos sin problemas.
¿Lactancia materna o biberón?
La leche materna contiene todos los nutrientes esenciales en la cantidad y composición que necesita el bebé, así como importantes anticuerpos que lo protegen de enfermedades infecciosas.
En condiciones óptimas, la lactancia materna también es posible entre madres seropositivas. Sin embargo, es importante someterse a una estricta supervisión médica con exámenes periódicos. Hable sobre dicha posibilidad con su equipo médico y tome la decisión con ellos/as en común acuerdo.
Si la cantidad de VIH en sangre no es lo suficientemente baja, se recomienda abstenerse de la lactancia y alimentar al bebé mediante biberón. La alimentación con biberón no supone ningún problema en Alemania: la comida para bebés mezclada con agua de grifo hervida es completamente higiénica. Además, los gérmenes causantes de enfermar al bebé pueden eliminarse de manera segura si coloca el biberón y el chupete en agua hirviendo durante tres minutos.
Si alguien le pregunta…
… por qué no le está dando el pecho, puede responder lo siguiente: «Después del parto se inflamaron mis glándulas mamarias y tuve que dejar de amamantarlo». Este tipo de inflamaciones suelen producirse con frecuencia.
Pruebas de VIH
Para asegurarse de que el bebé no se ha infectado con el VIH, se realiza una prueba de detección del VIH entre los 30 y 40 días y entre los tres y seis meses de vida. Dicha prueba permite detectar la presencia o no de material genético del VIH. Si ambas pruebas son negativas, es seguro que su bebé no se ha infectado con el VIH.
Si la cantidad de virus en sangre del bebé no siempre estuvo por debajo del límite de detección durante el embarazo o si no todo salió de la mejor manera, deberá someterse a pruebas con mayor frecuencia, empezando incluso el primer día del nacimiento. Ya que, en caso de que el bebé estuviera infectado, se le deberá administrar la medicación cuanto antes. Si todas las pruebas son negativas, una vez realizada la última prueba (después de un máximo de seis meses) puede estar segura de que su bebé no se ha infectado.
En caso de que le esté amamantando, debería someter a su bebé a pruebas de detección del VIH con mayor frecuencia; se recomienda realizar seis pruebas en los primeros seis meses de vida. Si deja de amamantarlo, se realizarán más pruebas después de dos y seis semanas.
También se puede realizar una prueba de anticuerpos del VIH en bebés de entre 18 y 24 meses de edad. Antes de 18 meses, no tiene sentido hacer la prueba, puesto que el bebé todavía tiene los anticuerpos de la madre en su sangre.
El tiempo de espera puede llegar a ser muy angustioso. En estos casos, la pareja, los miembros de la familia o los/as amigos/as pueden ser un apoyo importante. El personal de Aidshilfe también está a su disposición y le dirá quién más puede ayudarle, por ejemplo, los/las orientadores/as de ProFamilia o psicólogos/as.
Mantenerse en contacto
Para que usted y su bebé puedan seguir recibiendo una atención óptima, debe mantenerse en contacto con su equipo médico durante el mayor tiempo posible después del nacimiento. También se recomienda permanecer en contacto con el equipo médico aún si su bebé no está infectado con el VIH. Si los/as médicos/as saben como se encuentran usted y su bebé, pueden aprender de esta experiencia y mejorar la atención médica a mujeres embarazadas seropositivas.